27 junio 2007

Liderar con Historias

Por Dino Villegas

“Había una vez, en una tierra muy, muy, lejana…”. De esta manera comienzan las historias, los cuentos y las narraciones que han marcado a generaciones de personas y han transformado de una u otra manera la cultura.

Pero el contar cuentos no sólo es una cosa de niños, los ejecutivos han comenzado a descubrir el potencial de las historias. Los libros de gestión y de estrategia, editados como narraciones han sido grandes éxitos en ventas. El libro titulado ¿Quién se llevó mi queso?, de Spencer Jonson, explica el cambio con una simple narración; La Meta, de Coldratt, se sumerge en los problemas de una fábrica y en las dificultades de un ejecutivo con el objeto de facilitarnos consejos útiles de gestión; La Paradoja, de Hunter, nos habla de liderazgo; Robin Sharma, nos entrega El Santo, El Surfista y El Ejecutivo, y son sólo algunos de los ejemplos, que más allá de su calidad narrativa (a veces criticada) demuestran el ‘boom’ de este tipo de libros.

Las historias son poderosas, Jesús las utilizaba constantemente (más allá de las posturas religiosas, no se puede negar que es uno de los líderes que más ha influido en la historia occidental) y los católicos hemos forjado nuestras creencias en base a su historia. Por otro lado, El Código Da Vinci, genera una gran controversia e interés. Las historias son poderosas.
Los gerentes/líderes deben ser capaces de recrear y de contar historias, Tom Peters (2004), nos advierte: “seguramente que nuestra atención obsesiva al hablar doctamente puede abaratar la práctica de contar historias. Pero la idea básica es acertada. Un líder debe ser capaz de contar historias que sean coherentes. Historias que comprometan” (pp:215)

Tanto Peters (2005), como los geniales suecos Ridderstrale y Nordstrom (2000), coinciden en señalar que los líderes de hoy se deben convertir en Contadores de Historias Generales. Sin embargo, creo que se debe ir más allá y ser Gestionadores Generales de Historias. Los líderes no sólo deben contar historias, deben incentivarlas así como rescatar y escuchar historias de éxitos y de fracasos de sus equipos.

Esa través de la comunicación que las personas pueden significar objetos, eventos y sucesos y construir una narración colectiva dentro de la cual interactuar y desarrollar actividades” (Manucci, 2005), el líder debe propiciar historias que refuercen la cultura y que generen un cuerpo de narraciones que den vida a la organización, que motiven a sus personas los hagan soñar y avanzar.

Algunas ideas sugeridas para liderar gestionando historias:

•De conceptos a historias: cuando les cuenten fortalezas o debilidades de su organización, pregunten por historias, por ejemplos concretos. Es muy fácil decir “tenemos un problema con el trabajo en equipo”, cada uno puede entender cosas diferentes. Una historia ayuda a los líderes a visualizar el problema o la oportunidad.

•Registrar historias: las historias deben ser reales, los cuentos y las fábulas conocidas ayudan a clarificar el punto, pero las historias reales son poderosas. Registrar y categorizar cada situación anecdótica como una historia a ser utilizada en los momentos precisos es lo aconsejable. Tu vida es una historia, resúmela y cuéntala para motivar a otros. Se dice que: “Bill Gates comenzó Microsoft en un garaje”, excelente historia para sustentar la cultura Microsoft.

•Buscar héroes: las historias necesitan de héroes, búsquenlos en su organización, los que han dado un gran salto en su empresa, los más innovadores, los de mejores resultados, los que mejor representen la cultura organizacional. Búsquenlos, motívenlos, anímenlos a contar.
•Compartir historias: Las historias deben socializarse para existir, una Newsletter es una manera clásica e interesante para hacerlo, un blog mejor aún.

•Soñar: muchos dicen que Julio Verne predijo muchas de las tecnologías actuales, pero creo que pudo ser al revés. Sus geniales relatos motivaron el subconsciente de los hombres de ciencias para apuntar sus esfuerzos a determinados espacios de acción. Soñar con historias de futuro nos permite clarificar nuestras metas y dirigirnos hacia ellas (Whitney y Trosten-Bloom, 2003), contemos nuestros sueños. Pregunten a los miembros de su organización “¿cómo se ven el próximo año en esta fecha?”, escuchen sus historias.
Dino Villegas , Socio Consultor de Comundo

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